Friday, November 8, 2013

Confort Zone

Este último tiempo, con todo lo que el tiempo me ha llevado a vivir, o mejor dicho lo que yo me he llevado a vivir, me di cuenta que me esta costando bastante salir de mi zona de confort.
Siempre me considere una persona con vuelo, capaz de acomodarme a las situaciones y decidido la mayoria de las veces. Sin embargo hoy me desconozco un poco. Estoy asustado. Siento que lo que dejo puede ser en realidad lo que quiero, y me presiono por tomar desiciones correctas, como si fuera posible saber tal cosa antes de tomar la desición.
La sensación, creo yo, se genera a partir de que se está gestando en mi una nueva forma de tomar decisiones. Una forma que ya no se basa solo en sensaciones y sentimiento,.pero también en razones, y esto es lo que, extrañamente, me marea. Porque se supone que las razones son lo que nos permite "inteligentemente" tomar el camino que mas felicidad nos causa. Solo que a veces no funciona del todo bien.
Y cuando hay cambios drasticos en nuestra vida, estas decisiones son aún más dificiles. Porque está comprobado que somos capaces de "fabricar" felicidad, pero tenemos el erroneo concepto de que esta felicidad no es igual de buena que la felicidad "verdadera" que obtenemos cuando conseguimos lo que queremos. Sin embargo, creo que a esta idea le falta una pata. La de la comodidad.
La verdad es que es comodo estar en la zona de confort. Y por más que haya cosas que no nos gusten del todo, esas cosas seguro, pensamos, son mejores que las que podemos encontrar. Porque ya las conocemos. Ahi es donde razonar pierde el sentido, porque nuestra razón tirará, en gran medida, por lo que conocemos. O eso es lo que me pasa al menos a mí.
Y ahi viene el segundo punto. Tirarse a la pileta y a lo desconocido, aunque haya parte de conocido adentro, no siempre es facil y a veces nos detiene pensar en todo lo que podemos perder. Aunque quizá nunca lo perdamos. Pero no lo sabremos si no nos jugamos.
La idea es barajar y dar de nuevo, pero no necesariamente que cambien los jugadores. Y aunque soltar es dificil, quedarse agarrado solo hace que nos quedemos quietos. Y esa quietud mata.