El fin de año me encuentra contento, y con la sensación de que todo esta en el lugar que quiero. También me encuentra repasando algunas de las cosas que se me fueron haciendo visibles a lo largo del recorrido. cosas como por ejemplo:
En los últimos años aprendí que nada vale mi salud. Que las cosas se dan y no son buenas ni malas. Y que de nada sirve llorar por cosas que no se pueden resolver, porque un problema que no tiene solución no es un problema.
En los últimos años entendí que la felicidad no es algo que busco incansablemente, si no que la creo a mi gusto y medida, y que la ausencia de ella no es mala, si no que hace disfrutarla más cuando vuelve.
En los últimos años descubrí que tengo todo lo que quiero y quiero todo lo que tengo. Y que el querer cosas que no tengo me ayuda a superarme, a buscar nuevas alternativas, a abrir el camino.
En los últimos años aprendí que todo llega si sabemos tener paciencia, y que las oportunidades estan a nuestro alcance continuamente. Solo hay que saber elegir el momento de tomarlas.
En los últimos años practiqué el escuchar más que hablar, y me di cuenta que pocas cosas son tan reconfortantes como intercambiar ideas con otra personas. Y reconocer que las posibilidades juegan para ambos lados.
En los últimos años decidí dejar de preocuparme por el dinero y disfrutar lo que puedo de él. El universo provée por intermedio mio, y si no puedo hacerlo hoy, seguro que se dará la posibilidad de hacerlo mañana.
En los últimos años descubrí el placer de estar solo un rato, disfrutar del silencio y prestar atención a la nada. Para amarme más y amar más a los que amo.
Todo esto es parte del día a día. Cultivándolo, llevándolo a cabo, disfrutando de los aciertos y los errores y recordando que felicidad o tristeza, nada dura para siempre.
Y el hecho de que todo haya cambiado es lo más interesante de todos estos años.
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