Thursday, December 12, 2013

Nuevos Amigos, Nuevos Espacios

Me dijeron una vez que viajar te cambia la vida, que es la plata mejor invertida. No se equivocaron.

Estando aun en viaje y después de 10 días increíbles en la capital del mundo puedo decir que sin duda no soy más el que era. Más allá de gastos y consumos que la ciudad te lleva a hacer (New York es el consumo en ciudad), vivir unos días en su vorágine y a su velocidad fue algo indescriptible que trataré de describir.

Robando una frase, puedo afirmar que la cuidad es para ser observada de arriba. Es desde lo alto, y sobre todo de noche,  cuando vemos su inmensidad y confirmamos que es una ciudad que nunca duerme. Y creo que este hecho esta más que nada basado en la idea de que la gente no deje de consumir. Desde un Apple store abierto las 24 horas los 365 días del año (donde hicimos compras a las 1:45am), hasta una esquina en la que nunca es de noche gracias al poder de su publicidad, sus pantallas gigantes y la superposición de anuncios con un solo mensaje. Compra.

Más allá de esto, no puedo dejar de decir que la cuidad es imponente y bellísima. Tiene edificios inmensos, espacios muy amplios, museos deslumbrantes y patrimonios que todos conocemos al menos por las películas. Al llegar no se puede evitar pensar que estamos en una de las tantas películas que vimos. Cada esquina dice algo, cada cuadra recuerda una escena.

Su equilibrio tampoco pasa por alto. En la ciudad con dos de los edificios más altos del mundo está el central park. Un parque gigante, divido por un lago artificial que me dejo boquiabierto. Y así y todo, con mirar para arriba y buscar el Empire State o la Freedom Tower, que se ven prácticamente de cualquier punto de la ciudad, ya podemos ubicarnos.

La ciudad es un sueño con una forma de vivir que, pienso, está lejos de ser saludable. Pero quizá sea esta forma de vivir lo que permite que la ciudad sea tan increíble. Después de todo, es una ciudad muy “publicitada” gracias a películas, eventos particulares y tv, en la que la publicidad es su forma de vida.


Por suerte, lo que hizo de este viaje algo increíble, fue compartirlo con la gente con la que lo compartí. Con los que hable a la distancia, pero sobre todo con los que compartí todas las aventuras en estos 10 días. Una amiga increíble y nuevos amigos que me dieron la posibilidad de confirmar que viajar te cambia la vida, y cuando es dentro de un grupo en el que la buena vibra fluye, cambiamos como personas, como seres elementales.

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